El Telégrafo y la Orquesta
(Este video fue realizado por los alumnos Santiago Alcaraz, Francisco Pozzi y Federico Civardi)
El ojo crítico
Con el paso del tiempo, surgieron corrientes teóricas en las Ciencias Sociales que condicionaron el objeto de estudio de nuestra disciplina. Fue variando y por eso ahora, podemos decir que la comunicación es “un proceso de producción de sentidos”. (Lo vas a escuchar en los próximos cinco años) ¿En qué lo vemos?
Por ejemplo, existen trabajos sobre los sentidos que los jóvenes le dan al cuerpo o el uso que hacen de la tecnología, o por qué un diario publicó una nota con determinado titulo y no con otro. No es inocente. Estudiar una disciplina científica implica siempre desnaturalizar cosas que ya sabemos y construir otras, verle la complejidad. No es simplemente saber manejar un micrófono, pararse frente a un grupo de alumnos o ir a una organización. Implica tener una mirada particular sobre la realidad, o sea, construir la realidad. Porque de acuerdo a cómo miramos, veremos las cosas de una manera o de otra. Y de eso se trata.
El campo de la comunicación tiene su mirada específica, aunque comparta el objeto de estudio con otras ciencias sociales. En la historia de nuestra disciplina, surgieron dos respuestas frente a la pregunta por el objeto de estudio de la comunicación. Una planteaba que la comunicación es independiente de los procesos sociales, es autónoma y autosuficiente. Pensemos en el modelo de emisor-mensaje receptor que conocimos en la escuela. Era un esquema que explicaba la comunicación y que se podía aplicar a cualquier contexto.
Otra postura es la que considera que la comunicación no puede separarse de los procesos sociales. Es decir, no se puede estudiar cómo se comunican los jóvenes sino comprendo lo que significa ser joven en nuestra sociedad y de que clase de jóvenes estamos hablando (edad, estilo cultural, clase social, etc.) Esta forma de ver a la comunicación nos pone frente a la idea de que compartimos conceptos con otras disciplinas sociales que nos permiten explicar lo que pasa en el plano comunicacional, sin olvidar que la comunicación se enmarca en lo Social.
¿Qué podemos aportar al conocimiento de lo social desde nuestra disciplina?
¿Qué estudiás?
Pero no vamos a estudiar periodismo, sino que el titulo dirá: Licenciado en Comunicación Social. Y el periodismo queda corto. Sabemos también que existen otras orientaciones como planificación o profesorado aunque no logremos discernir del todo de qué se tratan. Entonces, vos pensás: estudio Comunicación Social. Y repetís: social. No audiovisual. Y el taxista te pregunta: ¿qué estudiás? y vos no sabes si decir periodismo o comunicación social, porque si decís lo segundo lo vas a tener qué explicar y mejor quizá no meterse en ese lío.
El periodismo es una práctica vinculada al trabajo en medios de comunicación. Así como la planificación es para las organizaciones y el profesorado para dar clases de “comunicación” (otra vez). Además, este último año se agrego la Tecnicatura Superior Universitaria en Periodismo Deportivo que intenta enfocarse en esta línea de estudio particular dentro campo.
Vos estudiás una disciplina, hagas lo que hagas finalmente, el día de mañana. Una disciplina científica que tiene un método y un objeto de estudio. Una forma de mirar las cosas y de abordarlas.
Al infinito y más allá
“La ciencia es un relato y cuenta historias. Siempre digo que la divulgación científica es la continuación de la ciencia por otros medios. La masificación de la ciencia es otro elemento; empiezan a aparecer películas que muestran a los científicos como tipos ordinarios, que se corren del estereotipo del sabio loco que por un lado es distraído y por otro reúne todo el saber, lo consultan cuando nadie sabe qué hacer.”
“La ciencia es subversiva porque cuestiona y no acepta el principio de autoridad. No alcanza con que se diga que algo es así: necesita contrastación pública.”
“El científico, en general, trabaja con los mitos, con un sustrato que contiene los mitos, los prejuicios de la época. A algunos los conoce y a otros no. Copérnico no podía imaginarse que no fueran circulares las órbitas, porque eso era un prejuicio en su época y él no lo sabía. Y así supongo que vivimos nosotros también en torno de cosas que ni nos imaginamos y las damos como ciertas. Romper con los prejuicios lleva años.”
* Fragmentos de la nota “Al infinito y más allá”. Entrevista a Leonardo Moledo, publicada el 6/7/08 en el suplemento Radar de Página/12
La ciencia no es una sola
Las Ciencias Naturales poseen como objeto de estudio la naturaleza que se desenvuelve independientemente de la voluntad del hombre. ¿Qué quiere decir esto? Básicamente que estudian los aspectos físicos, y no los aspectos humanos del mundo, apoyándose en las ciencias formales. En otras palabras, a través del razonamiento lógico explican la naturaleza.
Algunas de ellas son: la Biología, la Física, la Química, la Geología, la Astronomía.
Las Ciencias Sociales, el campo científico que nos interesa, son aquellas disciplinas que tienen como objeto de estudio al hombre y a la cultura. Para ser más rigurosos, nos referimos a la aplicación de los métodos científicos al estudio de la intrincada y compleja red de relaciones humanas y a las formas de organización de las sociedades.
Podemos decir entonces que la Ciencia Social se ocupa de estudiar no sólo las manifestaciones materiales sino también las simbólicas (signos y significados) de las sociedades.
Por este motivo, existen distintos grupos dentro del campo. Algunas centrándose en el estudio de la organización social (Cs: de la Comunicación, Política, Sociología, Derecho, Antropología y Geografía), otras en la organización económica de las sociedades (Economía) o el comportamiento de los individuos (principalmente, la Psicología).
Un problema que debemos enfrentar los investigadores en ciencias sociales es que estudiamos al hombre en sociedad, es decir, que nos estudiamos a nosotros mismos tratando de “objetivarnos”, de mirarnos como objetos de estudio, a la vez que somos sujetos de conocimiento.
Piña va, piña viene: la ciencia se entretiene
Podríamos decir que lo que diferencia este tipo de conocimiento del generado por el sentido común es que está producido mediante un método que supone su rigurosidad y le permite explicar los fenómenos. Básicamente podemos decir que existen conocimientos que en conjunto constituyen ciencia y están sustentados en razonamientos lógicos y fundamentados en experiencias o métodos fácilmente reproducibles por todos. Esto también esta muy relacionado con los métodos, técnicas y tecnologías disponibles en cada momento histórico y en cada sociedad.
Sin embargo, que existan explicaciones científicas sobre las cosas no significa ni que sean las únicas ni que sean verdad, sino que son las que en ese momento son reconocidas como las legítimas.
Un ejemplo claro al respecto es el vinculado al origen de la tierra: En algún momento se creyó que todo giraba alrededor de la tierra y que la tierra era plana. Hoy podemos afirmar que la tierra gira alrededor del sol y que es geoide.
Al interior del campo de conocimiento científico también hay disputas y diferencias en los modos de ver las cosas que se expresan en distintas teorías; y las diferentes personas o grupos que se posicionan en cada una de ellas intentan que “su” mirada sea adoptada por el resto, convirtiéndola en “la” mirada sobre un tema.
Pero esto no implica que las otras miradas dejen de existir ni que las personas que las llevan a cabo este proceso –conflictivo y diferente en cada época- sigan manifestándose en este “campo de lucha”. En este sentido es importante reconocer que lo científico está fuertemente vinculado con lo social y esto lo vemos, por ejemplo, en cada uno de esos momentos donde hubo personas que lucharon, murieron o fueron encarceladas, por tener ideas opuestas a lo que se creía en ese entonces. Incluso hoy sucede.
Conocer: qué, por qué y para qué
Para la autora “Describir es anunciar las características de un objeto u estado de cosas, explicar es relacionar los motivos que producen o permiten un hecho; predecir es anticipar un hecho antes de que se produzca y retrodecir es explicar cómo ocurrió”.
El ser humano necesita conocer para sobrevivir, pensemos en la invención del fuego, de los sistemas de siembra y cosecha, de la rueda, etc. Nosotros nacemos y como nueva generación necesitamos buscar la información y las habilidades necesarias para no morir, por eso nos desarrollamos y relacionamos con el medio y con otros.
Si pensamos en todos los conocimientos que circulan, rápidamente podemos reconocer el filosófico, el mítico, el religioso, entre otros. En este caso, hacemos hincapié y buscamos reflexionar sobre dos modos de conocimiento: el saber cotidiano o vulgar y el saber científico.
Sin embargo, como dijimos más arriba, reconocemos que estos tipos de conocimientos circulan, pero ninguno es superior o inferior a otros, sino que se manejan con diferentes reglas internas de legitimación. Muchas veces decimos “el sentido común es el menos común de los sentidos”, ya que tiene en sí naturalizadas teorías científicas, religiosas, o míticas, discursos de otros conocimientos que hacen que, al considerarse “sentido común”, no puedan ponerse en discusión. Los refranes populares son un buen ejemplo de esto.
Se sabe de manera natural por el solo hecho de vivir, y se sabe científicamente cuando existe disposición de conocer ajustándose a ciertos procedimientos.
SABER CIENTÍFICO:
1- Descriptivo
2. crítico-analítico
3. metódico y sistemático
4. intenta ser controlable
5. unificado
6. lógicamente consistente
7. comunicable por medio de un lenguaje preciso
8. pretende ser objetivo
9. provisorio
SABER COTIDIANO.
1. Superficial
2. Asistemático o desordenado
3. Acrítico
4. Doxa u opinión
Déme dos kilos de conocimiento científico
Es importante entonces que estés abierto/a a poner en contradicción y tensión el mundo de ideas, prácticas y nociones que traes y lo pongas en diálogo con el pensamiento científico.
Este tipo de pensamiento no es “algo” (como si se pudiera tocar o acceder a través de una transacción: “profesor: déme dos kilos de pensamiento científico” ¡no!) tampoco es inabordable, es simplemente un modo de mirar el mundo que no se queda con “la primera que le venden”, sino que se mete de lleno y profundiza en los qué, cómo, en los por qué y para qué de la sociedad en la que estamos inmersos. Estas miradas científicas no están exentas de
juegos de poder y validación.
Por eso no pensamos que el conocimiento científico es “mejor” o “más” elevado que el conocimiento vulgar sino que es diferente. Socialmente estas distinciones tienen que ver con posiciones como las Positivistas del siglo 18 (que aún perduran y calan muy hondo en nuestros pensamiento), que construyeron a las ciencias a lo largo de la historia como estadíos superiores del desarrollo humano. Como si “progresáramos” al pasar del pensamiento vulgar al pensamiento científico. Pero en realidad en nosotros mismos todo el tiempo conviven ambas explicaciones de la realidad y somos nosotros en nuestras relaciones, en la facu, el club, los congresos, la plaza, el bar, etc. los responsables de poner en juego estos conocimientos, reconocer, y si es necesario dirimir su disputa.