La ciencia no es algo lejano que sucede en un laboratorio. La ciencia está conectada directamente a tu vida diaria. Los alimentos que comemos, la ropa que usamos, el agua que tomamos están vinculados en algún aspecto con el conocimiento científico.
Podríamos decir que lo que diferencia este tipo de conocimiento del generado por el sentido común es que está producido mediante un método que supone su rigurosidad y le permite explicar los fenómenos. Básicamente podemos decir que existen conocimientos que en conjunto constituyen ciencia y están sustentados en razonamientos lógicos y fundamentados en experiencias o métodos fácilmente reproducibles por todos. Esto también esta muy relacionado con los métodos, técnicas y tecnologías disponibles en cada momento histórico y en cada sociedad.
Sin embargo, que existan explicaciones científicas sobre las cosas no significa ni que sean las únicas ni que sean verdad, sino que son las que en ese momento son reconocidas como las legítimas.
Un ejemplo claro al respecto es el vinculado al origen de la tierra: En algún momento se creyó que todo giraba alrededor de la tierra y que la tierra era plana. Hoy podemos afirmar que la tierra gira alrededor del sol y que es geoide.
Al interior del campo de conocimiento científico también hay disputas y diferencias en los modos de ver las cosas que se expresan en distintas teorías; y las diferentes personas o grupos que se posicionan en cada una de ellas intentan que “su” mirada sea adoptada por el resto, convirtiéndola en “la” mirada sobre un tema.
Pero esto no implica que las otras miradas dejen de existir ni que las personas que las llevan a cabo este proceso –conflictivo y diferente en cada época- sigan manifestándose en este “campo de lucha”. En este sentido es importante reconocer que lo científico está fuertemente vinculado con lo social y esto lo vemos, por ejemplo, en cada uno de esos momentos donde hubo personas que lucharon, murieron o fueron encarceladas, por tener ideas opuestas a lo que se creía en ese entonces. Incluso hoy sucede.
Podríamos decir que lo que diferencia este tipo de conocimiento del generado por el sentido común es que está producido mediante un método que supone su rigurosidad y le permite explicar los fenómenos. Básicamente podemos decir que existen conocimientos que en conjunto constituyen ciencia y están sustentados en razonamientos lógicos y fundamentados en experiencias o métodos fácilmente reproducibles por todos. Esto también esta muy relacionado con los métodos, técnicas y tecnologías disponibles en cada momento histórico y en cada sociedad.
Sin embargo, que existan explicaciones científicas sobre las cosas no significa ni que sean las únicas ni que sean verdad, sino que son las que en ese momento son reconocidas como las legítimas.
Un ejemplo claro al respecto es el vinculado al origen de la tierra: En algún momento se creyó que todo giraba alrededor de la tierra y que la tierra era plana. Hoy podemos afirmar que la tierra gira alrededor del sol y que es geoide.
Al interior del campo de conocimiento científico también hay disputas y diferencias en los modos de ver las cosas que se expresan en distintas teorías; y las diferentes personas o grupos que se posicionan en cada una de ellas intentan que “su” mirada sea adoptada por el resto, convirtiéndola en “la” mirada sobre un tema.
Pero esto no implica que las otras miradas dejen de existir ni que las personas que las llevan a cabo este proceso –conflictivo y diferente en cada época- sigan manifestándose en este “campo de lucha”. En este sentido es importante reconocer que lo científico está fuertemente vinculado con lo social y esto lo vemos, por ejemplo, en cada uno de esos momentos donde hubo personas que lucharon, murieron o fueron encarceladas, por tener ideas opuestas a lo que se creía en ese entonces. Incluso hoy sucede.
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